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Reseñas sobre el miedo

El miedo es una emoción que se genera de forma natural, como todas las emociones, en el sistema límbico de nuestro cerebro, para ayudarnos en situaciones de supervivencia.

Cuando el miedo nos avisa debemos escuchar esa señal, pero hay que tener en cuenta, que el miedo que nos ayuda dura sólo 30 segundos en nuestro cerebro. Cuando ese miedo se mantiene más de este tiempo, pasa a convertirse en un sentimiento y éste nos lleva a un sentir o vibrar en el miedo que nos puede condicionar nuestro modo de vida.

El miedo que comienza como una emoción se transforma en un estado mental que borra el resto de las emociones y la lógica.

Hay 2 tipos de miedo:

El miedo racional. Se produce en el sistema límbico de forma natural para avisarnos ante situaciones de peligro. Este miedo está justificado, puesto que al haber cierto peligro nos ayuda a preservar la vida. Es un miedo útil, dura menos de 30 segundos y libera la adrenalina necesaria para permitirnos vivir.

Miedo irracional. Procede de nuestros procesos mentales y no está justificado. Este tipo de miedo puede hacer que huyamos, nos paralice o sea un motor que nos ayude a enfrentarnos ante lo que nos produce miedo. Todo va a depender de nuestros pensamientos.

El miedo que dura menos de 30 segundos podemos considerarlo como bueno o positivo pues nos ayudada a sobrevivir y cuando dura más de este tiempo es una creación mental y no está justificado.

Por lo tanto, bienvenido esa emoción de miedo que nos ayuda a sobrevivir.


 Hace unos años me planteé vencer el miedo, porque consideraba que era algo negativo, así que me apunté a un curso de patinaje en cuatro ruedas. La tercera vez que fui a las clases, el profesor nos indicó que la práctica iba a consistir en jugar al baloncesto patinando; yo prácticamente no me sostenía ni en pie y me entró un miedo aterrador. El miedo me estaba hablando para que yo pudiese sobrevivir; sin embargo, mi actuación consciente fue liberar ese miedo con “un grito de guerra” y el miedo se fue. Me di cuenta de que generando una emoción más poderosa el miedo se iba. Me puse a correr detrás del balón, le lancé a canasta, encesté y del salto me caí al suelo rompiéndome el codo. Ahí me di cuenta de que el miedo me estaba avisando que tuviese cuidado y sin embargo, no interpreté correctamente el mensaje del sistema límbico y quise vencer al miedo racional.

Desde entonces me he dado cuenta de que el miedo racional es mi aliado, es mi protector y amigo y que es un indicador de cómo me siento y  me  enseña a  tomar consciencia de los riesgos y de aquello que temo ayudándome a transformarlo.

Cuando un miedo irracional es desproporcionado se convierte en fobia o pánico:

  • Sociales: Hablar en público.
  • Específicas: A objetos o situaciones concretas como arañas, alturas o lugares cerrados.
  • Existenciales: A la muerte, soledad, al cambio, al fracaso, a la enfermedad, a no conseguir la felicidad, a tener miedo, a lo desconocido, a tomar decisiones, a hacer daño a los demás, a los juicios de los demás, al rechazo de los otros, al compromiso amoroso, a quedarse sin trabajo…

Los 5 principales miedos en esta sociedad:

  • Miedo a no triunfar: Miedo a que nos falte dinero o poder, a fallar. Nos mantiene en tensión constante y lucha por el éxito personal. Miedo al futuro.
  • Miedo a los juicios de los demás. Ante los comentarios de los demás sobre nosotros, al que dirán y a la imagen que demos de nosotros mismos.
  • Miedo al rechazo de los otros: A que no nos amen, a que nos abandonen, pues tememos grabaciones del dolor de la posible soledad futura, que creemos que no podremos soportar.
  • Miedo al compromiso amoroso y a la responsabilidad: Pues creemos que si nos entregamos y trabajamos seriamente por algo, esto nos puede perjudicar. El mejor ejemplo ,es la falta de compromiso en una pareja, por miedo a que al dar amor nos fallen.
  • El miedo al vacío y al no ser nada: A no descubrir el sentido de nuestra vida y sentirnos como si no fuéramos nadie o miedo a estar solos.

El miedo que sentimos o hemos sentido está grabado en nuestro inconsciente como si fuese una película y nos afecta en nuestra vida. Existen miedos que hemos adquirido en nuestra niñez por nuestras propias experiencias o que nos han trasmitido de experiencias de otros y miedos heredados o interiorizados generación tras generación.

Hay miedos profundos que no tienen justificación y es difícil ponerlos nombre o saber de dónde vienen. Recuerdos del inconsciente grabados en nuestras memorias que no entendemos, pueden ser incluso de nuestros ancestros grabados en el ADN, colectivos o sociales o incluso de otras vidas.

Vivimos siendo adictos al miedo: Se ha demostrado cuando las células se han acostumbrado a vivir en un determinado ambiente químico de emociones, por ejemplo de miedo, llegan a necesitar que estas moléculas sigan estando presentes, el cuerpo necesita dosis de estas hormonas y así se lo hace saber al cerebro con mapas de sentimientos. Se crea el circulo vicioso, el pensamiento genera una emoción, ésta un sentimiento y éste un pensamiento y un sentimiento para segregar las moléculas que necesita el cuerpo. La célula se ha acostumbrado y exige al cerebro que cada cierto tiempo libere el mismo tipo de sustancia de miedo.

El miedo se vuelve adictivo e irracional y nuestro cerebro intenta buscar una solución.

Ante un miedo irracional hay 3 modos de comportarse:

El miedo te hace huir.

Cuando huimos de nuestros propios miedos constantemente nos estarán persiguiendo y cada vez nos será más duro vivir con ellos.

Miedo a los perros, arañas, el agua, a volar… la vida normal no nos permite muchas veces estar huyendo de eso que tanto miedo nos da, no podríamos viajar o ir a la playa o pasear tranquilamente por la calle, por tanto, huir no es una solución. Por supuesto, que si nos da miedo tirarnos en paracaídas, que no es algo habitual en nuestra vida, pues simplemente no lo hagamos, pues es un miedo racional de supervivencia.

Cuando huimos de una persona o de un reproche o rechazo o de que nos culpen de algo o que ocurra algo negativo por nuestro error, huir no es la solución, hay que ser valientes y hacerlo frente, a veces simplemente decir “He sido yo” o “Podemos hablar” y el miedo desaparece.


 ― El miedo paraliza, bloquea y te impide moverte
.

Esto ocurre mucho a nivel social, los problemas políticos, miedo al futuro, a no tener trabajo, a enfermar… Nos paraliza. Estar parado o paralizado no arregla nuestra vida, así que lo mejor es tomar conciencia de nuestros miedos y enfrentarnos a ellos… Con un simple cambio de nuestra forma de pensar o de nuestra actitud el miedo desaparece.

El miedo es la forma de controlar al otro.

El miedo te hace enfrentarte a él.

Cuando le pones cara al miedo, el miedo desaparece. Cuando te da miedo algo irracional hazlo.

Cuando yo tenía miedo a conducir vencí el miedo conduciendo. Es curioso como desaparece el miedo enfrentándolo.

En este sentido me ayudó escuchar este cuento:

“Imagínate que estas en la selva y de repente aparece un tigre. ¿Qué harías? …. Correr…Ese tigre te persigue. ¿Qué harías? …. Subirte a un árbol…… Si no hay árboles y te sigue persiguiendo el tigre ¿Qué harías?… Llegaría un momento en que no podrías más de agotamiento, te pararías y decidirías “dejarte comer”. En ese preciso instante cuando te enfrentas al tigre para dejarte comer, el tigre va hacia ti y pasa por encima de tu cabeza y desaparece”.

Cuando te enfrentas el miedo, el miedo desaparece.

¿Cómo enfrentarte a ese miedo?


1-Tomar conciencia de lo que te da miedo.

Podemos utilizar el miedo cómo una ventana de observación de aquello que tenemos que cambiar o mejorar en nuestra vida. A través de la observación de lo que me da miedo puedo crear un motor que me ayude a enfrentarme a los problemas.

La primera forma de enfrentarse es poner nombre a ese miedo, tomar conciencia de por qué o para qué o a qué tiene uno miedo.

Muchos de nuestros miedos irracionales se pueden convertir en una fobia, “cerrar todas las puertas de casa con varias cerraduras puede ser irracional, ¿Es un miedo a qué?

Cuando ponemos nombre al miedo, ya nos estamos enfrentando a él y desaparece. Cuando honramos al miedo, se equilibra. Al honrarlo, tu mente deja de considerarlo como algo negativo o malo y lo empiezas a ver como una oportunidad.

2― Amplia la información sobre ese miedo.

Muchos de los miedos se producen por falta de información. Cuando te informas tienes más poder, la información da poder.

De pequeña me contaron que era peligroso lavarse el pelo teniendo la menstruación, pues una señora del pueblo se murió. Cuando te informas el miedo se va.

Muchos miedos ni siquiera son nuestros, son de historias que nos han contado o hemos oído.

La mejor forma de bloquear a la sociedad y controlar a las personas es provocando miedo. Esto se estila en la política, en el trabajo, a nivel social… Controlan a las personas con mensajes alarmistas que no están justificados, creando bloqueos económicos o controlando a los trabajadores a través del miedo a la pérdida de su puesto de trabajo.

Que importante es dar poder a nuestras dudas y no creernos todo lo que nos cuentan.

Cuando te informas de lo que te dicen o cuando crees aquello que tú has experimentado personalmente, puedes dejar de tener miedo, así nos saldremos de los bulos, cotilleos y los juicios. En este aspecto es muy importante no hacer suposiciones sobre nuestro futuro, pues amplifica el miedo: “Seguro que me echan, si cierra la empresa, igual el virus se expande…”. Lo que es seguro es que no hay nada seguro.


3― Controlar tus pensamientos.

Otra forma de combatir nuestros miedos o los miedos que nos han inculcado otros es controlando nuestra forma de pensar. Como el miedo irracional se deriva de nuestro proceso mental, cuando nuestros pensamientos son puros y positivos nuestro miedo pierde fuerza o incluso se elimina.

Regla de los 3 segundos: Cuando tienes miedo la información te llega primero a la boca del estómago y en 3 segundos llega al cerebro y te domina por completo. Por lo tanto, antes que el miedo llegue a la mente (antes de 3 segundos) decir “Esto no va conmigo”. “Pensar lo contario”.

A un solo pensamiento que dejes llegar a la mente abrirán la puerta para que lleguen muchos más.

Dejar de hacer suposiciones sobre lo que va a ocurrir o no. Allí donde pones tu pensamiento pones tu energía y tu vida.

Dejar de preocuparse tanto por las cosas. Los pensamientos siempre generan emociones y éstas más pensamientos. Si piensas en situaciones que te dan miedo, tendrás más miedo y eso alimentará a nuevos pensamientos de miedo que te darán más miedo. Es la pescadilla que se muerde la cola. Si algo te preocupa hazlo frente y ocúpate, deja la “pre” ocupación y céntrate en la solución.


 No tomarte nada personalmente en relación con lo que escuchas, “El paro ha aumentado muchísimo”, “La sociedad cada vez va peor”, “La culpa es mía”, “Se va a producir una pandemia e igual me enfermo”… Hay que pensar que todos estos asuntos sociales de miedo no van contigo, a ti te van a ir las cosas muy bien y vas a encontrar trabajo pronto, vas a estar perfectamente sano…


 Pensar en positivo, a veces hay que pensar lo contrario de lo que te viene a la mente. “Me da miedo conducir, no lo voy a hacer bien, igual me equivoco de cruce”… Pensar lo contrario, “Lo voy a hacer bien y me enfrentaré a ello”.

Ser impecable en las palabras que utilizamos, que sean positivas y de vida, “Todo me sale fatal”, “Estoy harto de luchar”, sustituirlas por “Tengo que seguir aprendiendo para hacer las cosas cada vez mejor”. “La vida me sonríe y voy por el camino correcto”, “Cada día tengo más confianza”.

Haz siempre lo que puedas, no te castigues por tus errores o por no haber podido superar tu miedo. Mañana hay una nueva oportunidad para enfrentarte a él.

“Da poder a las dudas.

Pensamiento positivo y puro.

Pensar lo contrario, no va conmigo.

No hagas suposiciones.

Deja de preocuparte.

No te tomes nada personalmente.

Se impecable en tus palabras.

Haz siempre lo que puedas.”

4― Generando una emoción diferente.

Puedes controlar tus miedos provocando una emoción que contrarreste ese miedo.

El cerebro no es capaz de diferenciar lo que es real o no real, simplemente obedece a la química del cuerpo, cuando te ríes o sonríes el miedo desaparece. Cuando tiene mucho miedo y gritas para liberarlo, se genera un impulso que te permite llevarte a la acción de enfrentarlo. Esto lo aplico comúnmente ante mis miedos, pero ojo, si es un miedo racional escuchar a la sabiduría del cuerpo, no vaya a ser que no tengas precaución.


 La mejor emoción para superar los miedos es el amor o confianza, cuando estamos en nuestro centro de paz, nos llenamos de una nueva conciencia de amor y luz que hace que el miedo desaparezca. La luz disipa la oscuridad de nuestro miedo.

Utilizar herramientas para ir al centro a través de la meditación o respiración nos pueden ayudar a vencer nuestros miedos.

El miedo es lo contrario al amor o confianza, donde hay amor no hay nada que temer “Yo Soy amor no tengo nada que temer”.

El secreto para no tener miedos irracionales es confiar en ti, en la vida y en Dios.

5-Enfrentarse a ello y pasa a la acción.

Cuando ya has hecho el trabajo previo con tu mente positiva y desde un estado de paz dentro de ti, debes de pasar a la acción.

Cuando nos  sacamos el carné de conducir todos hemos sentido miedo. Cuando te enfrentas te das cuenta de que no fue tan difícil y te genera automáticamente confianza y una química interior de satisfacción personal.


6-Utilizar la energía del miedo para conseguir tus logros.

El miedo es energía y como tal tiene una fuerza para impulsarnos. Cuando mis chicos de la cárcel tienen miedo a volver a caer en las drogas, yo les digo “Ese miedo puede ser el motor que os impulse a tomar las medidas o decisiones necesarias para que eso no os ocurra”.

Cuando un cantante tiene miedo antes de salir delante del público, puede usar esa energía para dar lo mejor de sí mismo y ganarse a la asistencia.

El miedo puede ser usado como motor para nuestra superación, es una oportunidad para transformar nuestra vida. Si sabes utilizar la fuerza del miedo te comerás el mundo.

Resumen:

Métodos para enfrentarte al miedo:

  • Tomar conciencia de lo que te da miedo y honrarlo. Cuando le pones cara el miedo desaparece y cuando le honras se equilibra.
  • Ampliar la información sobre lo que tu mente desconoce. Poder de la duda.
  • Controlar tus pensamientos. Pensamiento positivo, pensar lo contrario, no va conmigo…
  • Generar otra emoción que tenga más fuerza bloquea el miedo. Sentir amor bloquea el miedo inmediatamente. Sonreír al miedo le inhibe.
  • Enfrentarte a este miedo pasando a la acción. Haciéndole frente.
  • Utilizar la energía del miedo para conseguir tus logros.

 Detrás del miedo hay una oportunidad y un mensaje importante para ti.

Lo que te da miedo habla de ti, puedes aprender a conocerte y pasar a la acción para que esos miedos del futuro desaparezcan.

¿A qué tengo miedo?, ¿Qué quiere decirme ese miedo?, ¿Cuál es mi aprendizaje?, ¿Qué me falta?, ¿Qué se esconde más allá del miedo?

Cada uno de nosotros deberíamos dedicar tiempo a sentir como estamos con esos miedos internos, para de alguna forma podamos liberarnos de ellos, y dedicarnos a lo que es importante en la vida, que es amarnos y amar a nuestros semejantes, sentirnos dignos y libres, crear belleza y conocer el mundo que nos rodea.

Pero en vez de esto, vamos protegiéndonos de todo, temiendo que nos afecte la vida y los demás, y controlando hasta lo que es incontrolable. Nuestros cuerpos se vuelven rígidos y los músculos se tensan hasta crearnos corazas. Provocamos ansiedad en el cuerpo y estrés, el miedo nos bloquea, se nos borran las emociones positivas, no podemos pensar con lógica, nos atamos y perdemos la libertad de ser quién verdaderamente somos. Sólo queremos sobrevivir y no podemos pensar en nuestro crecimiento personal o espiritual o iniciar la búsqueda de Dios dentro, ni conectarnos con nuestras células, ni con nuestro amor interior. El miedo nos desconecta de quien verdaderamente somos y de nuestra sabiduría interior.

El hombre es libre cuando supera los miedos.

El amor y la confianza es la mejor forma de liberarnos de nuestros miedos.

Se ha demostrado que la estimulación magnética transcraneal en puntos concretos de la corteza cerebral nos libera los bloqueos del miedo (Neuropsicología Biomagnética). También sabemos que a través de la hipnosis, PNL, Reiki, terapia bioenergética… podemos enviar mensajes al subconsciente y liberar los miedos, así como llenar de luz y amor esas partes de nuestra memoria que se han quedado grabadas con el miedo sustituyéndolo por confianza.