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Etiqueta: aprender a amar

¿CÓMO RESOLVER CONFLICTOS O DESACUERDOS CON OTROS?

Hay muchas formas de resolver el conflicto  aquí te presento una de ellas.

Todo empieza trabajando contigo mism@, haciendo un trabajo personal previo donde puedas recuperar tu equilibrio personal, tener más calma y hablar con esa persona desde la serenidad. Recuerda que estar en conflicto puede desequilibrar tu salud física, mental, emocional.

5 reglas a seguir:

1- ACEPTACIÓN

  • Acepto que tengo un conflicto o desacuerdo que me está afectando.
  • Acepto lo que siento aunque no sepa porqué. Abrazo lo que siento  sin juzgarlo.
  • Acepto la situación.
  • Acepto que los demás son libres para ser como decidan ser, aunque me desagraden, aunque no esté de acuerdo, aunque sean tóxicos.

2- RESPONSABILIDAD. Responsabilizarse 100% nos permite sanar nuestras heridas y las e los demás

  • Me responsabilizo de sentir lo  que siento aunque no sepa porqué.
  • ¿En qué medida he podido contribuir para crear esa situación?
  • Dejo de ser víctima.
  • Me permito entrar en mi para sanar lo que tenga que ser sanado.
  • Abrazo lo que siento  sin juzgarlo.
  • Me abro a sentir lo que siento, elijo no pensar, solo sentir.
  • Observo si esa sensación la experimento en alguna parte de mi cuerpo, lo pongo nombre.
  • Tomo conciencia que  la responsabilidad no está en mi cuerpo, ni en mis creencias, sino en apartarme del amor que yo soy, hacia mi mism@ y a la  unidad con el otro.
  • Desde mi responsabilidad puedo sanar lo que siento y el conflicto generado con otros.

3- DISCULPAR. dis-culpar es quitar culpa. La culpa es inconsciente  y el inconsciente siempre es inocente. Cuando culpo al otro me ato a él, cuando le disculpo me libero, recupero mi libertad mental. MI vida está en mis manos, no en las suyas.

  • Me disculpo por sentir lo que siento. Lo hago lo mejor que sé  y puedo.
  • Me disculpo por la situación, lo he hecho lo mejor que he podido en ese momento.
  • Disculpar al otro, lo hizo lo mejor que supo, él también se separó del amor que es. Su reacción habla de él, de como  vive su vida desde el inconsciente.

4- PERDONAR. Significa no deseo ya seguir sufriendo.

  • Me perdono.
  • Perdono al otro. Yo elijo  perdonar.
  • Perdono la situación vivida.
  • Tomo conciencia que no hay nada que perdonar, desde el amor no hay ofensa. todo está en mis memorias  o recuerdos y quedan perdonados. soy libre.

5- AMAR. En este momento recuperas el poder y el AMOR TE HACE LIBRE.

  • Imagino una situación de amor, la vivo y experimento. Puedes visualizar un color si lo elijes.
  • Voy a mi lugar de centro de ese amor. Desde aquí sólo sentirás amor y comprensión, verás las cosas con otra perspectiva y podrás soltar tus creencias y pensamientos limitantes, tus emociones y sentimientos negativos
  • irradio mi amor y luz (color dorado, rosa, violeta, verde …)  a esa dificultad, desafío o desacuerdo.
  • Irradio mi amor a esas personas y a mi mism@

Es este amor interior, este maestro conectado con la divinidad  el que borra las heridas,  y te lleva a la verdad en ti, a la conciencia y al gozo, sanándose esa situación de dificultad.

Ahora estás list@, si lo crees necesario para hablar. No siempre hace falta.

Es el amor en el que se basa la sanación, es el amor en el que se basa la vida y el universo. Es el amor el que permite sanarnos.

 

Información basada en Kryon, sana primero la energía de tu padre y luego de tu madre, libera el miedo, ira y tristeza, el resto de emociones se liberarán solas.

Tienes más información de como resolver conflictos en el libro APRENDER A AMAR. Oliva Abad Santos

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María Magdalena se hace presente ahora para todos. Oliva Abad

Ya es el momento de encarnar lo Sagrado Femenino en nuestra vida y recordar quienes somos, que hemos venido a hacer y cómo hacerlo. Ha llegado el momento en el que el Cristo Femenino resurja con gran fuerza en cada uno de nosotros.

María Magdalena viene para ti y para mí ahora, seamos hombre o mujeres, para recordarnos quiénes somos en realidad, para divi­nizar nuestro femenino, intuitivo, creativo, amoroso y conectar­nos con quién realmente somos, EL AMOR. Ella se hace presente en este tiempo más que nunca para que la descubramos y nos reconozcamos a nosotros mismos en ella. Por eso, tantas mujeres en este tiempo se sienten fractales de María Magdalena.

María Magdalena como discípula de Cristo viene para que res­catemos las enseñanzas del antiguo Egipto, de la igualdad entre hombre y mujeres, para reconectemos con nuestro ADN original y recordemos que la presencia de Dios Todopoderoso vive en nosotros, en nuestras células, en nuestro ADN.

Cada vez que la reconocemos nos despierta en nosotros los do­nes que hemos olvidado y que teníamos activos en otras vidas.

María Magdalena es el ejemplo de la confianza y superación, aceptando los designios del creador y de su amado

Se nos representa en nuestra vida cuando necesitamos conectar con la confianza, con la fe, con creer en aquello que no vemos para ver aquello que creemos. ¿Cuántas veces en nuestro día a día tenemos que agarrarnos a esa confianza?, ¿A confiar en no­sotros, a confiar en la vida, confiar en Dios, a confiar también en las personas, en las sincronicidades, en que los procesos y los cambios se van a producir y se harán de la forma más adecuada para todos?

María Magdalena es una mujer que representa la superación y la confianza en el “se puede”. Ella confío en su amado, confío en el Padre, confío en la vida. ¿Y nosotros cuántas veces hemos confiado? Cada vez que lo hemos hecho nos hemos encontrado con tranquilidad y paz, sabiendo que todo es correcto y ocurre para el mayor alto bien. Incluso, cuando hemos confiado, hemos contribuido a que las circunstancias y situaciones se creasen o resolviesen de una forma más armónica. Sin duda, tenemos un gran poder de manifestación cuando confiamos y María Magda­lena nos lo recuerda.

Mostró coraje y valentía

Una mujer valiente para expresar el mensaje de Cristo, para co­municar su verdad, la resurrección de un Cristo, aun sabiendo que iba ser enjuiciada. ¿En cuántas ocasiones no nos hemos atrevido a expresar lo que sabemos o sentimos por miedo a que nos juzguen?, ¿Cuántas veces agachamos la cabeza y no dejamos que vean al verdadero ser que somos? María Magdalena no tuvo límites para expresar desde el amar su mensaje, ella se salió del ego y conectó con el gran plan del alma y el plan divino, experi­mentando la fuerza del creador para llevar a cabo su propósito.

Una mujer con coraje e intrépida para sacar a sus hijos de su país e ir a un lugar desconocido y rehacer su vida, como tantos hom­bres y mujeres en este momento y en la historia de la humanidad han hecho. Protectora de sus hijos, pero al mismo tiempo, ha­ciéndoles conectar con su esencia, con la libertad de expresión, con la fuerza de su interior, creando un linaje, una herencia, la mejor herencia, la herencia del amor. Así educamos también a nuestros hijos para que llenen nuestra herencia de valor, de coraje, de verdad, de pureza, de humildad…, sabiendo que de­ben atravesar obstáculos y desafíos y que se van a encontrar con miedos en su vida, pero que van a poder sobreponerse a todo ello porque el amor les guía.

Una mujer que se sintió independiente y libre siguiendo el impulso de su corazón y de su alma

María Magdalena fue una mujer libre en un mundo donde no había libertad para las mujeres. Ella vivió en un mundo en que la mujer estaba encorsetada y, sin embargo, se movió para aprender los salmos, la Torá, fue muy juzgada por tener conocimientos ya que representaba una amenaza para la época.

El amor por su amado fue tan grande, el amor del alma la inun­daba hasta tal punto, que el sentimiento de libertad para su máxi­ma expresión formaba parte de su realidad cotidiana. “El amor te hará libre” decía su amado Jesús y verdaderamente era tal la pasión y amor que sentía por el hombre Jesús y divino Cristo que su ímpetu la llevaba más allá de lo imaginado.

¿Cuánto amamos nosotros a nuestro amado?, ¿Cuánto amor po­nemos en nuestros propósitos y proyectos?, ¿Cuánto amor senti­mos por dentro que nos impulsa?

Sin duda ella es símbolo de independencia y libertad de la mujer.

María Magdalena supo amar a su amado plenamente

Toda su vida fue una preparación para poder conectar con la energía amorosa de su amado. La educación en la magia de la sexualidad, la escuela de Isis, el conocimiento de la energía divi­na, alquimia espiritual la ayudó a sentir el más pleno amor con su amado.

Cuando se cruzaron sus ojos y se encontraron fue como si estu­vieran mirando hacia toda la eternidad. Fue preparada para este amor, para el magnetismo de la pasión, sin duda, estaban desti­nados el uno para el otro.

María Magdalena la amante, que amaba por encima de todo, experimentó el éxtasis del amor por el amado, así como el amado por la amada. No hay palabras para expresarlo, va más allá de la conexión física, es una expresión del espíritu que baila al mismo ritmo y que se experimenta en todas las formas, tonos, colores para hacer un contenedor de vida, de fuerza y de energía. Ellos utilizaban la energía Ka para cargar sus cuerpos y la pasión resur­gía internamente vigorizándolos y llenándolos de luz y fuerza. Ellos armonizaban así sus cuerpos físicos y espirituales, conec­tados el uno con el otro, disfrutando de la unidad plena de todo lo que ES.

El éxtasis del amor entre los dos producía la mayor elevación energética de sus cuerpos de luz Merkaba, elevándose hasta pla­nos superiores.

¿En qué medida amamos a nuestro amado?, ¿En qué medida se ha despertado la pasión interna en nosotros que nos cambia y transforma?, ¿Cómo activar esta fuerza – luz oculta que nos conecta con la creación? Así como ellos lo hicieron en ese amor pleno y completo que es difícil de describir desde el punto de vista humano, nosotros también podemos seguir sus pasos del éx­tasis del amor en nuestras vidas. Debemos despertar esta energía poderosa que no tiene principio ni fin y que nos conecta con el alma de la otra persona, del amado y nos asciende a la conexión con el TODO.

Seamos amantes de nosotros, seamos amantes de nuestros amo­res, seamos amor de nuestros amantes, seamos amantes de nues­tra divinidad, de nuestro Yo Superior, de nuestra esencia, seamos amantes de nuestro Yo Supremo, seamos amantes multidimen­sionales aquí en la tierra.

María Magdalena es una mujer en acción

Es una mujer tan conectada con la inspiración divina, una mujer que reconoce la intuición que siempre se siente impulsada a la acción. Sin duda, muy conectada al plan del alma que la impul­sa y mueve a dar pasos hacia delante. A ella se la reveló Jesucristo después de la muerte y confío y siendo llevada a la acción expre­só con total libertad lo que sentía, lo que había visto.

¿Cómo de conectados estamos con nuestra intuición, la escu­chamos?, ¿En nuestro día a día accionamos para dar lo mejor de nosotros al mundo?, ¿Qué es lo que nos mueve, que nos impulsa?

Es nuestro gran ejemplo a seguir para que cada una de nosotras y nosotros pasemos a la acción, a poner en marcha las revelacio­nes, intuiciones que tenemos y las expresemos al mundo. Nos abrimos a la energía de María Magdalena para que nos ayude a dar los pasos en las acciones diarias y a comprender cuando debemos accionar y cuando debemos estar en silencio, en la paz, en el no hacer.

María Magdalena es una mujer de servicio

Ella junto a varias mujeres era diaconisa, una mujer dedicada al servicio de los demás, ayudando a dar de comer y beber a los hambrientos, a limpiar y curar enfermedades, a acompañar en el dolor a los necesitados, a comunicar palabras de amor y de vida, a ofrecer sus bienes y monedas para el servicio de la comuni­dad. Ella materializó el amor al próximo en cada acto y acción. Defensora de los derechos de las mujeres y de la igualdad entre todos los seres humanos. Ella reconoció a Dios en cada persona y los amó, como nos reconoce y nos ama ahora en este tiempo.

¿En qué medida ayudamos nosotros a los demás?, ¿Cómo nos mostramos al mundo del servicio a otros? Verdaderamente ella seguía las directrices del alma, llenándose de gozo cada vez que ayudaba a otros, “Estoy para cumplir tu voluntad”.

Cuantas mujeres y hombres han hecho historia luchando por los derechos humanos, por la solidaridad e igualdad. Teresa de Calcuta es una de las máximas expresiones del amor compasivo por los pobres. Virginia Woolf defensora del derecho a la educa­ción de las mujeres y así hay muchas personas en el mundo que ayudan a los demás, más de lo que nos imaginamos.

María Magdalena se nos presenta para que seamos mujeres y hombres de servicio y demos a manos llenas.

“Haz al otro aquello que te gustaría que hiciesen por ti, ámalo como desees ser amado. No sientas pena, pues no le ayudarás, siente empatía y compasión por el hermano. Te será devuelto mul­tiplicado por mil”.

“Siéntete cómodo ayudándote a ti mismo y ayudando a otros a ayudarse a sí mismos, a volverse más conscientes de vivir la vida energéticamente consciente de saber que somos únicos y estamos unificados. Ve en el otro el potencial de todo lo que pueden conse­guir, ellos son tan amados por Dios como Dios nos ama a nosotros”.

Realmente parece que tomará generaciones de trabajos brindar equilibrio y sanación a la familia de la humanidad. Sin embargo, no subestimes la diferencia que puedes hacer al estar dispuesto a transformarte mientras expresas tu Impulso Divino en el espíritu del servicio.

Al estar en servicio, tu visión de vida y tu razón de ser se expan­den con mayor claridad.

María Magdalena es la gran mensajera del amor

María Magdalena es el discípulo de los discípulos, mensajera de palabras de vida y amor allí donde se encontraba. Es la re­presentante de la Iglesia del Amor, de la comunidad del Amor (ecclesia significa comunidad). Mensajera del puro mensaje de Cristo “Amaros los unos a los otros como yo os he amado”, “ama al prójimo como a ti mismo”.

Ejemplo para nosotros para llevar el amor allá donde vayamos, comenzando con los que tenemos cerca, que son realmente nuestros verdaderos maestros.

María Magdalena siguió adelante después de la muerte de su amado, estaba tan conectada a Cristo que Él vivía en ella, en cada una de los miembros de su familia a través del amor. La fuerza de María Magdalena también era la fuerza del amor de Cristo en su interior.

Ella sabía que Dios habitaba en su interior a través del Yo Soy (NOUS) y lo hacía presente en su vida diaria con sus actos, con su ejemplo, con su palabra, con su tono de voz, con sus acciones. Así, nosotros somos capaces de diferenciar aquellas personas que trabajan en la Escuela del Amor del nuevo tiempo, por sus pa­labras, el tono de voz, las acciones, es algo que se siente y María Magdalena utilizaba la magia del amor en todas las personas que la rodeaban y los inundaba con su poderosa energía inflaciona­ria, contagiosa. Ella irradió el amor de forma pura entre los Cá­taros, extendiéndose entre los hombres y mujeres puros, en una sociedad donde el amor todavía no tenía palabras.

Lo que más me trae María Magdalena a mi vida y a mi presente es el amor a manos llenas a cada ser humano, a la familia, al es­poso, a los hijos, amigos y especialmente el amor a uno mismo. El abrazar al hermano desde el alma al alma.

Hoy estamos en un momento social donde podemos expresarnos con más libertad y expresar el amor más libremente, ¡Hagámos­lo! Seamos mujeres y hombres poderosos, fuertes, con coraje, va­lerosas, que nos sintamos libres expresándonos, así como somos, expresando nuestro amor desde la energía poderosa del Padre, del Cristo que habita en nuestro interior y llevémoslo al mundo, a los que nos rodean, a nuestros familiares queridos, aunque no nos entiendan, aunque nos juzgue, nos critiquen. Seamos libres en expresar quién verdaderamente somos, AMOR.

María Magdalena es ejemplo de la feminidad e igualdad entre hombres y mujeres

En este momento de la historia de la humanidad estamos pre­parados para traer la energía femenina de María Magdalena de hace 2000 años, a cada ser humano, hombre o mujer.

La profecía catara dice que “Cuando encontremos el recipiente de lo femenino, el caos desaparecerá de la tierra”. Pero, ¿Qué es la energía femenina?, ¿Cuál es lo más significativo de lo feme­nino? La energía femenina es la creadora, la que da vida, la que te conecta y une al otro, el útero femenino que alberga al otro, lo nutre, lo alimenta, lo ama, se convierte de esta forma en la madre que ama incondicionalmente.

Lo femenino es el amor compasivo que traemos siendo hombres y mujeres a la tierra. Ser un recipiente de lo femenino representa  contener el amor y entregarlo sin juicio, es ser amor e irradiarlo a otros y al mundo.

Es el momento de reconocer nuestro cuerpo y aceptar la cone­xión con lo sagrado femenino. Es el momento de traer la nobleza del espíritu, la ternura, la dulzura, las palabras de vida y de amor, la creatividad, la humildad, la intuición, el motor y la fuerza para la acción a través del amor compasivo.

Toda experiencia humana del amor pasa por equilibrar la energía masculina y femenina (la energía de Shiva y Shakti), de unificar estas energías masculina y femenina, padre – madre, hijo – hija, hombre – mujer, fuerza y amor en uno mismo, sintiéndonos plenos.

María Magdalena nos muestra un camino de iniciación para to­das las personas. Es tiempo de la unificación del corazón amo­roso sagrado femenino de María Magdalena con el nuestro y de la unificación de la poderosa energía masculina del Cristo en nosotros para llevarnos al propósito, a la acción, a dar los pasos a las obras de acción en la Tierra.

“Desde el divino femenino que Yo Soy, honro el divino masculino que hay en mí, desde el divino masculino que Yo Soy, honro el divino femenino que hay en mi”, “Yo Soy honrando el divino mas­culino y femenino que yo Soy”.

Es tiempo de honrarnos como humano y divinos en nuestra com­pleta naturaleza masculina y femenina. De esta forma se activa la ley de la generación o del Espíritu Santo en nosotros y así, des­de nuestra unidad convertir todas nuestras creaciones en Santas.

Debemos llenarnos de la esencia del amor de la Magdalena y del amor del Cristo unificado, Lady Nada y Lord Sananda como complementos divinos, el uno con el otro, y conectar con estas energías complementarias accionarias evolucionarias que tam­bién están en nuestro interior.

Jesús y María son ejemplo de lo que cualquier hombre o mujer puede hacer en este momento en el planeta, conectarse con lo más puro de uno mismo, con su propia divinidad con el amor que somos, con su esencia y traerla a este hermoso mundo en el que vivimos y del que formamos parte. “Para eso hemos venido”.

María Magdalena es ejemplo de humanidad

Ella era humana y no tuvo que ser fácil su vida en aquellos tiem­pos, tal vez tuvo muchos miedos, miedo a perder a su amado, miedo a perder a sus hijos y como muchas mujeres en este mun­do se hizo fuerte para poder sacar adelante a su familia. Su con­fianza hizo que nadie la detuviese y pudiese llevar el mensaje de su amado.

Una mujer que se superó a sí misma transformando el dolor y la muerte en amor.

Una mujer que tal vez lloró y sintió tristeza. Una mujer violenta­da por la sociedad y enjuiciada, como en muchas ocasiones nos ocurre a nosotros, por pensar de forma diferente, por tener ideas más claras, por tener conocimiento y sabiduría innata a la que escuchamos.

Una mujer que en muchos momentos pudo estar agotada o in­cluso tener dudas como nosotros también las tenemos. María Magdalena las ofrecía seguramente a Cristo, como Él las ofreció al Padre “Aparta de mi este cáliz, que se haga tu voluntad y no la mía”, pidiéndole las fuerzas necesarias para continuar con la obra de Dios en la tierra.

Qué afortunados somos nosotros los que tenemos esta conexión con la divinidad y hemos percibido, en tantas ocasiones, la ayu­da divina para dar los pequeños pasos en camino a no sé dón­de, pero con confianza. No tenemos claridad del futuro, ni del destino que nos espera, pero sabemos que estamos sumamente  acompañados. Así se sentía María Magdalena acompañada en sus momentos de soledad.

Una mujer resiliente que transforma su dolor en amor, que sabe adaptarse a las circunstancias de la vida y que se desapega del proceso con amor. Ella es maestra del desapego, viendo toda su situación desde un plan superior, aceptando, bendiciendo y glo­rificando toda vida.

¿Cuántas veces nos caemos y nos levantamos de nuevo?, ¿Cuán­tas veces aceptamos los procesos que vivimos como para el ma­yor bien?, ¿Cuántas veces nos desapegamos del proceso y ben­decimos nuestra vida? Cuánto tenemos que aprender de ella, realmente es nuestra inspiración, un ejemplo a seguir.

María Magdalena es la gran sanadora

Como discípula de Cristo ella sabía el poder de la palabra y el po­der que tiene no solo para manifestar y materializar (“el verbo se hizo carne”), sino para sanar a otros. El tono de voz, el sonido, las palabras de vida generan una vibración que produce la sanación del cuerpo, de los pensamientos y emociones. Las palabras abren el corazón del otro y entran en una frecuencia que permite que el otro conecte con su capacidad sanadora.

El Maestro Jesucristo decía “Levántate y anda”, sus palabras eran mensajes de amor para otros y despertaban la divinidad de aque­llos que escuchaban. “El que tenga oídos que oiga”.

¿Cómo tratamos a los demás?, ¿Utilizamos palabras de amor y vida, de aliento, empoderamiento al otro?, ¿Cómo es nuestro tono de voz cuando hablamos con los demás, estamos alegres o por lo contrario, permanecemos irritados en muchas ocasiones?

No solamente sanaba María Magdalena con la palabra, sino también con sus manos, al igual que Cristo, enviando la energía del Espíritu Santo, la energía del Padre, trayendo un trocito de cielo a la tierra, que reestructuraba el ADN primeramente mul­tidimensional, activando la capa de los milagros, la capa de la sanación y transformando el ADN físico.

¿En qué medida utilizamos nuestras manos para abrazar, acari­ciar o tocar a los que nos rodean? La ciencia ha demostrado que el poder sanador con nuestras manos es algo innato al ser huma­no. Aristóteles decía que “El hombre es inteligente porque tiene manos”. En la antigua Lemuria utilizaban la energía Reiki de la imposición de manos para sanarse los unos a los otros.

¿Te reconoces en María Magdalena?, ¿Qué dones de ella tienes más activos en ti?, ¿Qué talentos son ejemplo para ti y tu misión de vida?

“Gracias María Magdalena por tantas enseñanzas. Gracias por tu valentía para crear la nueva vida, el nuevo proyecto divino en­comendado por Cristo que formaba parte de tu propósito de vida y del gran plan de tu alma”.

Así nosotros caminamos en la vida escuchando los mensajes de nuestra alma que como una intuición o percepción nos conducen a proyectar nuestros sueños y llevarlos a la acción con confianza, aunque no sepamos a donde nos va a dirigir la vida, pero sabemos que nuestros proyectos también forman parte de un plan divino mucho más allá de lo que podemos imaginar. Nos abrimos a que todas las sincronicidades de la vida se presenten de la forma más adecuada y que de esta manera podamos obtener infinitamente más de lo que hubiésemos podido imaginar. An’Anasha”.

¿De dónde salen las fuerzas de María Magdalena para continuar adelante?

Sin duda, la fuerza era el amor por su amado, la presencia viva del Cristo en su interior, el amor profundo que sentía del espíri­tu que se hacía presente en su propia vida diaria. La fuerza que nacía de su corazón, de escuchar y dejarse guiar por su alma, por su intuición, el dejarse llevar por la pasión y el gozo que sentía.

¿Cómo es tu conexión con el Cristo mismo?, ¿En qué medida te dejas guiar por tu corazón, intuición? Esta energía divina nun­ca falla, conoce nuestras necesidades y nos rodea con completo amor e inspiración.

Afortunadamente en este camino de la vida nunca estamos solos y siempre hay compañeros, compañeras que nos ayudan en el mundo físico, hermanos y hermanas, como así María Magdalena tenía a su lado a Lázaro, Marta, José de Arimatea, María Salomé y María Jacobea.

¿Cuáles son las personas que tienes a tu alrededor que te ayudan en tu día a día? Puede ser que haya obstáculos en el camino, pero siempre hay alguien que nos apoya y ayuda.

María Magdalena recuperaba sus fuerzas en el silencio intuiti­vo, en el tiempo que ella dedicó para meditar, orar en su propia cueva. Sus paseos entre los árboles, con los ojos abiertos o cerra­dos, en la magia del silencio para poder escuchar al Espíritu.

De la misma manera nosotros podemos meditar en nuestro si­lencio para escuchar a Espíritu, a nuestro Maestro interior, sa­biduría profunda o más allá en la conexión con la Fuente. Así, María Magdalena se recargaba en su día a día, como tantas mu­jeres y hombres se llenan de fuerza para seguir caminando. “No importa las veces que nos caigamos, lo importante es las veces que nos levantamos”. Siempre hay alguien que nos echa una mano para que podamos comenzar a andar de nuevo a pesar de las dificultades.

Habla con Espíritu, con Jesús el Cristo, con María Magdalena, Con Dios, con los Ángeles, Con tu Yo Superior, con tu Maestro interior… con aquello en lo que creas y déjate abrazar por esa energía amorosa que te alimenta y te da fuerzas. Todos necesita­mos inspirarnos y sentirnos amados tal y como somos.

Ábrete a las señales que te envía María Magdalena, a observar las sincronicidades de la vida que te hablan de lo nuevo que está gestándose en tu futuro, escucha los pequeños detalles, observa y sonríe a lo nuevo, observa el amor de Dios en todas las cosas y situaciones y da gracias por todo lo hermoso que va a llegar a tu vida, ¡Hay tantas cosas buenas que te están esperando!

Estás invitado a preguntarte ¿Qué tengo yo para aportar al mun­do?, ¿Qué es lo que se me da bien y qué haría, aunque fuese gratis?, ¿Qué es lo que me apasiona?

Estás invitado a observar tus acciones y preguntarte, en esto ¿Quién soy? Por supuesto, con algunas acciones sabes que estás expresando quien eliges ser, pero en otras acciones puedes no ser quién tú eliges ser o en quién eliges convertirte.

Quizás la disciplina divina puede ser parte importante para que amplifiquemos nuestra conciencia.

María Magdalena se preparó para su futuro de vida, se formó en las escuelas de Isis, donde adquirió múltiples conocimientos que la ayudaron en el momento que los necesitó, además de formarse con Cristo.

De esta misma manera es tan importante para cada uno de no­sotros formarnos en autoconocimiento, en nuestro desarrollo personal y espiritual, en restaurar nuestro ADN divino, para con­formar el SER completo que somos para nosotros y para toda la humanidad. Es muy importante convertimos en Pilares de Luz para alumbrar los pequeños rincones de la tierra y aquellas perso­nas que necesiten claridad en algún momento de su vida.

Dicen que el amor mueve montañas, dicen que el amor de la Magdalena llegaría con gran fuerza 700 años después de la pro­fecía de los Cátaros. En el 2021 se cumplió esta profecía y ahora más que nunca, la fuerza del amor nace y crece en el corazón de todos los seres de la Tierra.

Los hombres puros, las mujeres puras, el corazón de la Rosa es­tán resurgiendo en la tierra y tú eres esa persona que trae la nueva luz de la unidad Cristo – María Magdalena al mundo.

 

Esta lectura se corresponde al capítulo 6 del libro TÚ YO, YO Y TÚ. UN ENCUENTTRO CON MARÍA MAGDALENA, escrito por Oliva Abad Santos, en él podrás encontrar audios de canalizaciones directamente de María Magdalena que te llenarán el corazón.

Oliva Abad Santos

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LOS 7 ACUERDOS

1-Dejar de hacer suposiciones sobre lo que va a ocurrir o no. Allí donde pones tu pensamiento pones tu energía y tu vida. La mente tiende a pensar en sucesos negativos y se pierde mucha energía en las suposiciones. No presupongas lo que va a ocurrir no vaya a ser que crees lo que no deseas. Si presupones que sea positivo para crear una realidad más acorde a tus expectativas.

2-Dejar de preocuparse tanto por las cosas. Los pensamientos siempre generan emociones y éstas más pensamientos. Si piensas en situaciones que te dan miedo tendrás más miedo y eso alimentará a nuevos pensamientos de preocupación. Es la pescadilla que se muerde la cola. Si algo te preocupa hazlo frente y ocúpate, deja la “pre” ocupación y céntrate en la solución.

3- No tomarte nada personalmente en relación con lo que escuchas de otros o a nivel social: “El paro ha aumentado muchísimo”, “La sociedad cada vez va peor”, “La culpa es mía”, “Se va a producir una pandemia e igual me enfermo” … Hay que pensar que todos estos asuntos sociales de miedo no van contigo (a ti te van a ir las cosas muy bien y vas a encontrar trabajo pronto, vas a estar perfectamente sano…), el otro habla de él mismo no de ti, no te lo tomes personalmente.

4- Pensar en positivo. Que tu pensamientos sean positivos y puros. A veces hay que pensar lo contrario de lo que te viene a la mente. “Me da miedo conducir, no lo voy a hacer bien, igual me equivoco de cruce”… Pensar lo contrario, “Lo voy a hacer bien y me enfrentaré a ello”.

5-Ser impecable en las palabras que utilizamos, que sean positivas y de vida, “Todo me sale fatal”, “Estoy harto de luchar”, sustituirlas por “Tengo que seguir aprendiendo para hacer las cosas cada vez mejor”. “La vida me sonríe y voy por el camino correcto”, “Cada día tengo más confianza”.

6-Haz siempre lo que puedas, no te castigues por tus errores o por no haber podido superar tu miedo o preocupaciones. Mañana hay una nueva oportunidad para enfrentarte a él.

7Da poder a nuestras dudas y no creas todo lo que nos cuentan. Dudar es de sabios, te permite indagar en la información y tener una perspectiva más grande  de lo que te cuentan. Así nos saldremos de los bulos, cotilleos y los juicios.

Dudar te permite recuperar tu poder personal y tomar una decisión basada  no solo en tu experiencia sino en la información adecuada.

 

 

“No hagas suposiciones.

Deja de preocuparte.

No te tomes nada personalmente.

Pensamiento positivo y puro.

Pensar lo contrario, no va conmigo.

Se impecable en tus palabras.

Haz siempre lo que puedas.

Da poder a las dudas.”

 

Información del libre Aprender a Amar (Oliva Abad Santos)

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reiki nivel 2

Un Camino de Crecimiento Interior
Ahora que ya conoces lo que puede brindarte REIKI,  te invito a seguir creciendo y evolucionando  a través del segundo nivel.

El segundo nivel de Reiki, es la continuación del camino iniciado en el primer nivel. Aprenderemos a utilizar unas nuevas herramientas para trabajar con la energía y poder ser más eficaces en nuestras terapias y aplicarlas para mejorar nuestra vida tanto a nivel físico, emocional, como a  distancia. Este nivel complementa perfectamente al anterior y juntos nos ofrecen un maravilloso y eficaz método para seguir disfrutando de nuestra experiencia vital con la Energía del Amor.

En este maravilloso viaje de evolución espiritual vas a recibir uno de los mejores regalos que jamás te hayan dado: Los símbolos de Reiki. Hasta ahora solo podías caminar, pues ahora podrás volar hacia cualquier lugar, no importando ni el tiempo ni la distancia.

Los diferentes tipos de tratamientos que se aprenden dependen de la combinación de estos tres símbolos.

El acceso a lo símbolos te va a permitir enviarle Reiki a distancia a cualquier persona, animal, vegetal o situación. Inclusive podrás ayudarte o ayudar a quien necesite sanar heridas del pasado o ayudar a mejorar situaciones del futuro.

De este modo vas a poder brindar tu amor y solidaridad a cualquier persona esté donde esté.

En el segundo nivel también aprenderás los símbolos sagrados que te habilitarán para poder armonizar hogares,  el planeta tierra y cualquier espacio desarmonizado utilizando REIKI .

Este segundo nivel de Reiki nos capacita para realizar terapias con total seguridad y confianza, así como disponer de unas nuevas herramientas para conseguir mejorar nuestra vida.

Observaras un aumento del grado vibratorio del participante y de la capacidad para canalizar energía. Como consecuencia, los tiempos de tratamiento se reducen, de 60 – 90 minutos en Reiki I a 30 – 40 minutos ahora.

Vas a recibir, como en el seminario de primer nivel, un manual completo con toda la información.

Te espero con todo mi amor.