Ir al contenido principal

Etiqueta: maestra holística

Los 5 amores que todos debemos experimentar

Existen diferentes tipos de amores que todos debemos desarrollar y que nos conectan con el SER MAGNIFICENTE  que somos.

 1― El amor a uno mismo:

Aceptándonos como somos con nuestros defectos y virtudes. Donde no hay juicio hacia nosotros mismos, ni necesidad de culparnos. Tomando conciencia que somos responsables de nuestra vida y de disfrutar y vivir plenamente. Honrando la divinidad que hay en nuestro interior.


 2― El amor a los demás:

Dónde aceptas al otro tal y como es, donde no hay juicio, no hay culpa, sino disculpa, dónde hay perdón, donde honras al otro como es, cuando ves la divinidad del otro y le respetas.


 3― El amor a la naturaleza:

Cuando contemplas toda la creación como algo hermoso; cuando te sientes uno con este planeta; cuando vibras junto a los cuatro elementos agua, tierra, fuego y aire; cuando experimentas la belleza de cada lugar, las flores, los árboles, el campo; cuando te sientes enamorada con sólo observar a GAIA.

Hablar a los árboles y abrazarlos es una hermosísima experiencia que te invito a experimentar. Cuando abrazas a un árbol la carga emocional que llevas se libera.


 4―El amor a los animales:

Una de las experiencias más extraordinarias de mi vida fue enamorarme de mi mascota.

El amor a nuestras mascotas nos ayuda a encontrarnos con nuestra verdadera naturaleza amorosa, nos hace sentirnos especial, importantes, único y necesarios.


 5― El amor a Dios:

Amar a la divinidad es algo que tenemos todos que aprender y no solamente al Dios, creador de todas las cosas, sino también al Dios dentro de cada uno de nosotros. Es el mismo Dios que está en toda la creación y nosotros somos parte de esa creación.

Cuando libremente buscamos la ayuda divina  se despierta en nosotros esta energía de amor.

Cuando reconoces que Dios está en ti, empiezas a experimentar el verdadero y completo amor por ti mismo.

Dios está en nuestro cuerpo físico, está en todo nuestro ser, está en todas nuestras células, está en nuestro ADN. Cuando contemplamos la idea de que ese Dios fuera también está dentro de nosotros, no podemos hacer otra cosa que amar lo que somos.

EXTRACTO DEL CAPÍTULO 22 DEL LIBRO “APRENDER A AMAR”

OLIVA ABAD SANTOS

¿Cómo resolver conflictos o dificultades?

 ¿Sientes que hay desacuerdos,  falta de apoyo en tus relaciones personales o profesionales?

La mayor parte de discusiones o desacuerdos son con las personas que más queremos, pues son con las que más nos relacionamos.

Los desacuerdos en las empresas o negocios son muchas veces originados por la falta de empatía de unos hacia a otros, ninguno de las dos partes abre la mente para ponerse en el lugar del otro, mientras están en ira y por tanto, defendiéndose, no pueden escuchar la otra parte.

La discusión siempre es una sin razón.

¿Cómo reaccionan las mayor parte de las personas ante un conflicto?

1-Huyen del problema: No quieren ver lo que les ocurre, no quieren pararse a pensar ni un solo segundo en su conflicto o dificultad. Resulta mucho más cómodo dejar este problema para mañana o dedicarse a hacer otras cosas, olvidarse de la situación, no prestar atención a este problema personal, familiar, laboral, colectivo….

2- Hablan del problemas a otros: Piensan que hablando y quejándose los problemas se resolverán. Y eso está muy lejos de la realidad.

Cuando hablas de esos problemas te desahogas, te encuentras muy a gusto, incluso puede que te relajes. Pero ese problema tiene tu sello, tu identidad y días después, semanas o meses vuelve a salir porque no está resuelto y vuelves a hacer lo mismo, hablar, quejarte y el problema sigue igual.

3-Esconden el problema:

  • Personas que ven el problema, pero dejan la solución para otro momento, demorándolo en el tiempo.
  • Personas que prefieren no reconocer que hay un problema y ponen la atención en otro sitio, pensando que de ese modo el problema se solucionará solo. Pero el problema aparecerá una y otra vez hasta que la tratemos desde la positividad y el amor.
  • Personas que reprimen los problemas  no los expresan a otros. Esa queja interior se va haciendo muy profunda, en muchos momentos ellos se sienten víctimas de una situación injusta, una vida injusta con ellos, decepcionados, dolidos con ellos mismos y con todo, sintiéndose en lo más profundo de ellos malheridos y maltratados por ellos, los demás o la sociedad. Ese pensamiento continuado genera una vibración que va a hacer que el cuerpo se desequilibre y enferme.

Cada persona tendrá reacciones diferentes ante las situaciones de dificultad o desacuerdos. El cómo reaccionamos ante los conflictos que tenemos con otros hablan de nosotros mismos. La solución para resolver nuestros bloqueos personales o conflictos con otros pasa por estar tranquilos, en equilibrio, empatizar, ponerse en el lugar del otro y enviar amor a esa situación de dificultad.

Te propongo esta herramienta:

TRANQUILIZARTE Y PONERTE EN EL LUGAR DEL OTRO

―Ir a un lugar tranquilo.

―Hacer unas respiraciones profundas con inspiración y espiración conscientes o respiración nasal alterna para equilibrar los hemisferios cerebrales y empezar a ver las cosas desde otra perspectiva.

Ir a tu centro de paz y observar por qué tienes ira, qué razones tienes y en el fondo qué necesitas y qué quieres conseguir.

―Desde tu centro ponerte en el lugar del otro, observar la situación desde su punto de vista y ver que realmente necesita la otra persona. Cuando la otra persona entiende que lo comprendes, tal vez esté dispuesta a escucharte.

―Cuando ya tienes la situación controlada puedes hablar desde el amor.

En la mayoría de los casos reaccionamos con ira por falta de amor a nosotros, y nos damos cuenta de que lo que necesitamos es que nos apoyen, y detrás de ese apoyo está la necesidad de que nos demuestren que nos quieren, que somos importante y necesarios.

La insatisfacción personal nos lleva a generarnos razones para discutir. Realmente es como si estuviésemos enfadados con nosotros mismos y buscásemos  alguien a quien echar la culpa de nuestro malestar. Cuando nos amamos podemos aceptarnos y aceptar a otros mejorando nuestras relaciones.

Detrás de toda discusión está la falta de amor a uno mismo y la necesidad del otro de ser amado.

Cuando empiezas a ver con una perspectiva más profunda te das cuenta de que no hay motivos de discusión, sino razones para amar.

Ver capítulo 8 del libro APRENDER A AMAR